Foto: MLB
Por: Ángel Delgado.
Luego de 16 entradas y casi seis horas de juego, los Dodgers de Los Angeles (2°, 80-47) se sobrepusieron a estas desgastantes pruebas y resolvieron este problema con AJ Pollock, quien es el mejor bateador desde el All Star break; gracias a su jonrón de dos carreras vencieron 5-3 los Padres de San Diego (3°, 68-60), en un memorable juego disputado en el Petco Park de San Diego.
En el segundo episodio, el jardinero sandieguino Wil Myers se lució con el guante y el bat. Durante la parte alta de dicho inning, le robó un jonrón potencial a Corey Seager, con una gran atrapada en la barda del jardín izquierdo.
Llegando a la parte baja de ese rollo, Myers puso arriba 0-1 a los Padres, con un sencillo productor hacia el antesalista Justin Turner; quien no alcanzó a tirar la bola y tuvo que quedarse con ella.
Durante el cuarto capítulo, los frailes volvieron a lucirse con una segunda atrapada. Esta vez fue el jardinero central Trent Grisham, quien prácticamente le quitó un cuadrangular a Max Muncy en la barda de ese prado.
Al turno siguiente, Justin Turner le pegó un sencillo al abridor sandieguino Blake Snell, quien había retirado en fila a los primeros 11 bateadores del juego. Para el octavo acto, Will Smith (20) arruinó la gran salida de Snell y empató las acciones 1-1, con su jonrón solitario al sector izquierdo/central.
Estando en la novena entrada, el taponero angelino Kenley Jansen obtuvo el chocolate #1000 de su carrera; luego de ponchar a Austin Nola y mandar el juego a extra innings.
En esa instancia, las estrategias del manager azul Dave Roberts y la astucia de sus relevistas dieron grandes frutos. Teniendo hombres en segunda y tercera base, quienes representaban carreras potenciales del gane para San Diego, el relevista azul Alex Vesia cerró la puerta ileso y mandó el juego hacia la onceava entrada.
Para el onceavo turno, y teniendo las bases llenas de frailes, el pitcher Phil Bickford extendió el duelo a una entrada más; luego de ponchar al emergente Joe Musgrove y hacer efectiva la estrategia suicida de llenar los senderos intencionalmente.
Tinto en sangre, después de regalar dos pasaportes y tener las bases llenas, el relevista fraile Austin Adams dominó a Smith con elevado al jardín central; para mantener la pizarra igualada durante el doceavo rollo.
Brusdal Graterol, relevista esquivador, salió ileso y mandó las acciones al décimo cuarto rollo; esto gracias a que sacó en home plate a Victor Caratini con un forceout vía 1-2 y nuevamente cumpliendo con la estrategia de llenar las bases a propósito.
Tras seis innings repletos de argollas, los Dodgers se despegaron 3-1 en la décima quinta entrada. Billy McKinney rompió el empate con sencillo productor; y al lanzamiento siguiente, Trea Turner fabricó la tercera rayita con otro imparable.
Luego de nueve entradas consecutivas sin pegar de hit y aproximadamente cuatro horas después, San Diego consiguió su cuarto imparable del encuentro hasta la parte baja de dicho capítulo. Pero ese hit fue el más importante, ya que Fernando Tatis Jr (35) igualó la pizarra 3-3; gracias a su cuadrangular de dos carreras al jardín derecho.
Finalmente, en el décimo sexto rollo, Los Angeles puso el 5-3 definitivo; con un vuelacercas de dos anotaciones al sector central, conectado por el mejor bateador desde el All Star Break: AJ Pollock (16).
Corey Knebel (3-0, 4.15) registró su segundo blown save del año, pero fue el pitcher que ganó este maratónico duelo: tiró la décimo quinta entrada, recetó un ponche y otorgó una base; también permitió un hit, una carrera limpia y una sucia.
Daniel Camarena (0-1, 9.00) se llevó este duro descalabro: lanzó los últimos dos innings donde toleró dos carreras limpias, dos sucias, cinco hits, ponchó a un oponente y regaló un pasaporte.
Shane Greene (1) se adjudicó su primer rescate del año. Este juego épico tuvo una duración de cinco horas con 49 minutos y lo presenciaron un total de 41,765 aficionados. Con este resultado, los Dodgers ya ganaron la serie, tras quedarse con los primeros dos duelos.
En cuanto a innings disputados, este es el juego más largo que se ha registrado en esta temporada; además, participaron un total de 47 jugadores. Sumado a esto, los 19 pitchers que tuvieron acción, hicieron un total de 489 lanzamientos.
Sobre los jugadores que no participaron, por San Diego no jugaron los relevistas Emilio Pagán y Pierce Johnson, quien abrió el juego del martes. Por Los Angeles, no vieron acción los lanzadores David Price; Julio Urías, quien lanzó el martes; y Max Scherzer, quien será el pitcher abridor del juego a disputarse más tarde.
Jugando extra innings este año, los azules ganaron su cuarto juego en 16 intentos; de los cuales, dos de esos triunfos han sido en Petco Park. Por otro lado, los frailes ahora tienen récord de seis victorias y siete descalabros en dicha instancia.
Hablando de trabajo combinado, ambos clubes dejaron a 35 corredores en base. Los Dodgers batearon de 5-27 con corredores en posición de anotar y dejaron a 17 hombres en los senderos; mientras que los Padres batearon de 2-24 en ese departamento y dejaron a 18 compañeros en las almohadillas.
Hubo un total de 34 ponches propinados. De esa cantidad, 16 de ellos fueron recetados por los lanzadores angelinos; mientras que los 18 restantes pertenecieron al pitcheo sandieguino.
Se regalaron un total de 14 bases por bola: los actuales campeones de la Serie Mundial otorgaron nueve, mientras que los frailes obsequiaron los otros cinco pasaportes. El desfile de jugadores contó con un total de 19 lanzadores: Los Angeles utilizó a 10 pitchers, mientras que San Diego envió a nueve.
Las actuaciones de los pitchers abridores fueron así: Walker Buehler, de los angelinos, lanzó seis entradas y dos tercios donde recetó ocho ponches, regaló una base, permitió una carrera sucia y tres hits.
Por el otro lado, Blake Snell, de los sandieguinos, tiró siete innings y dos tercios, ponchó a 10 bateadores, toleró una carrera limpia, tres hits y no concedió ningún pasaporte. Pese a que las dos salidas fueron de calidad, ambos lanzadores salieron sin decisión.
Las ocho bases intencionales que regalaron los Dodgers, es la mayor cantidad que se ha concedido desde que los Yankees lo hicieron en el 2004.
Victor Caratini falló en tres oportunidades de generar un potencial walkoff para San Diego. En el décimo inning se ponchó sin tirarle, en la doceava entrada conectó un roletazo vía 5-3 y en el décimo cuarto rollo pegó un elevado al jardín izquierdo.
Al dejar a 18 corredores en los senderos durante este juego, los Padres no dejaban a tanta gente en base desde el 29 de abril del 2005; cuando dejaron 19 hombres contra los Diamantes de Arizona. Ese día ganaron 5-4 en 15 entradas y también se disputó en Petco Park.
Además, los frailes establecieron un nuevo récord en la franquicia: este fue el juego donde han recibido más bases por bola intencionales, con un total de ocho.
Mañana jueves, a las 6:10 pm, finalizará esta serie. Los Dodgers buscarán ganarla por limpia y enviarán a Max Scherzer (11-4, 2.65, RHP); mientras que los Padres intentarán quedarse con el juego del honor y mandarán a Yu Darvish (7-7, 3.70, RHP).
Curiosamente, ambos lanzadores ya se enfrentaron el 8 de julio pasado en Petco Park; pero fue cuando Scherzer era parte de los Nacionales de Washington.
MLB.